Después de la tormenta, viene la calma. Con unas vacaciones en Marruecos sin sus dos hijos, el astro del fútbol David Beckham y su esposa Victoria quieren celebrar su quinto aniversario de casados y "comenzar de nuevo", tras el estrés de los últimos meses. Luego de los rumores de infidelidad, de la reciente derrota de Beckham y de todo el revuelo causado por los diarios, la pareja se trasladó a un complejo hotelero de lujo en Marrakech, donde la noche cuesta 300 dólares. Sus hijos Brooklyn, de cinco años, y Romeo, de 22 meses, se quedarán durante dos semanas al cuidado de su abuela materna. Aunque muchos han dicho que la pareja pretendía renovar sus votos matrimoniales, lo cierto es que de eso nada. Todo indica que Victoria insistió, pero David se negó, "porque temía que así se pudiera reforzar la idea de que estaban atravesando una crisis de pareja", comentó un amigo al periódico.
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