De niño a púber

Denise Lara | DIAaDIA

La transición de la niñez a la adolescencia es una etapa difícil, no sólo para el hijo, sino para los padres. Muchas veces los padres no saben cómo manejar los cambios físicos y psicológicos de sus hijos, y es en este momento cuando empiezan los roces en las relaciones afectivas.

ADIOS A TODO

La sobreprotección es uno de los factores más difíciles, ya que en la adolescencia el púber quiere experimentar y correr sus propios riesgos, cambia de un mundo totalmente familiar para empezar a integrarse en una sociedad muy distinta a la de sus progenitores. El Dr. Anel González, psicólogo, sostiene que paralelamente se producen cambios en el comportamiento psicológico y social, entre los que se destacan el pensamiento abstracto, el modo de relacionarse y comunicarse, el establecimiento de metas, la acentuación del carácter y el desarrollo de aficiones, intereses y aspiraciones, completamente ausentes o poco comunes en la infancia. En este momento los hijos tratan de inclinar la balanza de autoridad y poder, lo que inquietará a los padres debido a las desafiantes acciones que sus hijos.

Por otro lado, el reconocimiento consciente por parte del adolescente de su sexualidad será tema de preocupación de los padres por todo lo que eso implica. El Dr. Anel aconseja a los padres y madres en esta edad de cambio, asegurar la comunicación con los hijos, compartir y acompañarlos en sus intereses y aspiraciones, establecer con ellos acuerdos sobre amistades y salidas, desarrollar la confianza para hablar de temas sexuales de manera natural y orientadora y brindar atención a sus preocupaciones y, sobre todo, aquellas que giran en torno a sus amistades del otro sexo.

Aunque no hay consejos fáciles ni efectivos, se recomienda a todos los padres:

  • Informarse sobre el desarrollo del adolescente y el comportamiento propio de esa edad.

  • Aproveche al máximo el tiempo que pueda pasar con el adolescente y aprenda a comprenderlo.

  • Escuche más y hable menos.

  • Destaque los buenos comportamientos y no enfatice en las críticas.

  • Enseñe a su hijo que los derechos y las responsabilidades van de la mano.

  • Ayude al adolescente en la transición de dependencia a independencia.

Recuerde que las soluciones drásticas o dramáticas no siempre son las mejores. A veces los jóvenes sólo necesitan tiempo y apoyo para solucionar sus problemas.

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