HISTORIA
Riiing a Dios

Redacción | DIAaDIA

El teléfono es un invento maravilloso, pero puede generar cierta ansiedad. A veces estamos pendientes de una llamada que no llega y nos preocupamos.

Nos avisan que nos van a llamar luego de una entrevista de trabajo y miramos el teléfono esperando que suene. Y como nunca suena, nos angustiamos. Cuando salen de viaje y prometen que al llegar van a llamar y se olvidan, nos preocupamos. Ellos se están divirtiendo, pero de este lado de la línea, sin saber qué está pasando, la cosa es distinta. Siempre necesitamos respuestas.

No hay nada peor que el silencio, sobre todo cuando tenemos un problema. Es doblemente doloroso sufrir por algo y no poder contarlo.

David sabía mucho del tema. Él era un experimentado en esto de la angustia. Toda su vida la pasó con problemas.

Ya sea de pastor, de jefe del ejército, de prófugo de la justicia, de rey, de exiliado o de papá, siempre tuvo días de soledad y tristeza. En esos días era cuando con más fuerza llamaba.

Lo interesante es que a quien él llamaba era a un Dios grande y ocupado. Uno diría que demasiado grande y demasiado poderoso, demasiado ocupado como para atender nuestras llamadas. Sin embargo, él siempre nos dedica algo de tiempo para levantar el teléfono.

Nunca está demasiado ocupado, nunca nos deja para después. A veces la respuesta no es la que deseamos, ni en el tiempo que deseamos, ni en la forma que deseamos, pero siempre responde.

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