Zinedine Zidane colocó ayer a Francia en su segunda final de un Mundial, con un gol de penalti que cometió el portugués Ricardo Carvalho sobre Thierry Henry en el minuto 32.

Zidane, que ganó su primera Copa del Mundo en 1988, lanzó el penalti de forma ajustada al palo derecho de Ricardo, que adivinó la dirección, pero no llegó en su estirada a tocar el balón.

"Zizou" dirigió a Francia con la misma imagen que figuraba en una pancarta, colgada por unos aficionados galos en las graderías: un maestro de orquesta con batuta.

Zidane, que anunció hace meses su intención de colgar las botas cuando termine el Mundial de Alemania, tendrá el domingo próximo, en el estadio Olímpico de Berlín, una despedida digna de su categoría en la final del campeonato contra Italia.

El capitán francés guardará, para su colección de recuerdos, las camisetas de algunos de los más grandes jugadores del fútbol actual. Intercambió su penúltima camiseta con Luis Figo, con quien compartió cuatro años de carrera en el Real Madrid.

Cuando Francia eliminó a Brasil en cuartos de final, con una actuación magistral de Zidane, el capitán francés cambió su camiseta con Ronaldo, igualmente compañero de equipo en el Real Madrid y máximo goleador en la historia de los mundiales, con 15 goles.

El domingo, en la final contra Italia, Zidane jugará el último partido oficial de su vida. No tendrá a ningún compañero del Real Madrid y ni siquiera es seguro que se avenga a intercambiar su última camiseta con nadie. Será una prenda demasiado preciosa, como para no quedarse con ella.