Hay esperanza...
Michael junto a uno de los médicos que lo evaluó.

Aurelio Ortiz G. | DIAaDIA

La emoción del momento impidió que el pequeño Michael pronunciara una sola palabra. Esta vez fueron sus lágrimas las que hablaron por él.

Ayer, Michael volvió a llorar, pero no fue de dolor. El pequeño derramó lágrimas de alegría al saber que aún existe la esperanza de que pueda ser un niño normal. Su llanto inocente y sollozos verdaderamente conmovieron.

Tras ser evaluado este jueves por un grupo de médicos en el U.S. Naval Hospital Ship COMFORT, un buque hospital estadounidense que llegó a la provincia de Colón para brindar servicio médico a miles de panameños durante cinco días, el niño de 9 años y su padre volvieron a reflejar un brillo agradable en sus miradas.

BUENAS NOTICIAS

Las posibilidades de que Michael pueda recuperar nuevamente la movilidad en su brazo izquierdo, se dejó sentada en la opinión médica de los galenos norteamericanos.

Durante la evaluación de ayer, se confirmó que los exámenes y radiografías realizados al niño son consistentes en reafirmar la parálisis baja del nervio lunar, contracturas de la muñeca en posición de flexión de 85 grados y pérdida del hueso lunar distal.

Como una posible solución al mal, los médicos sugirieron que el niño reciba un tratamiento por parte de un ortopeda pediátrico de mano; necesita tratar la mano y la contractura de la muñeca, transferencia de tendones y pérdida del hueso lunar, posiblemente en varias cirugías, las cuales podrían realizarse en Boston o Baltimore.

MANO AMIGA

Las gestiones para que Michael fuera atendido ayer, fueron hechas por la Embajada de Estados Unidos y la Fundación Omar Moreno. Incluso, el propio embajador de Estados Unidos en Panamá, William Eaton, visitó al pequeño en el barco y se puso a disposición para ayudar en lo que se pueda.

Por su parte, Sandra Moreno, presidenta de la Fundación, se mostró feliz por los pronósticos médicos que se dieron y también demostró disponibilidad para que el niño viaje al país norteamericano en busca de una recuperación total.

Ayer fue la primera presentación internacional para Michael y en pocos minutos se ganó la admiración del público. Sin lanzar una sola pelota o disparar un imparable, el niño fue atendido como toda una estrella por cada miembro de la tripulación del buque. Su carisma es inigualable y su tenacidad un ejemplo a seguir. Suerte en el futuro Michael.

DOLOROSO

Michael casi pierde su brazo izquierdo a la edad de cuatro años, tras caerse de un marco de fútbol.

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