
Encuentra de todo lo que busca.
Le gusta su trabajo.
Es una abuela luchadora.
Encuentra de todo lo que busca.
Le gusta su trabajo.
Es una abuela luchadora.
Encuentra de todo lo que busca.
Le gusta su trabajo.
Es una abuela luchadora.
Encuentra de todo lo que busca.
Le gusta su trabajo.
Es una abuela luchadora.
Encuentra de todo lo que busca.
Le gusta su trabajo.
Es una abuela luchadora.
Ella recordó que recibió el local por parte de una amistad que le dijo que trabajara allí y sacara algo de dinero para su nieta, a la que cuidaba.
Fue así como empezó una ardua jornada que solo le deja al día 12 dólares con lo que tiene que subsistir, a pesar de eso agradece a Dios por tener cómo alimentarse.
A sus 75 años, Juana se levanta a las 5:00 a.m. y sale desde Samaria hasta su lugar de trabajo, por lo que se ve obligada a tomar dos buses.
Entre los productos que puede encontrar en su pequeño puesto están las vinchas, los cortaúñas y peinillas.
Esta señora es considerada un ejemplo a seguir por las personas que allí laboran, pues a su edad aún tiene ganas de trabajar y siempre está dispuesta a ayudar a los demás.
Con los achaques de la edad, doña Juana admite que hay días difíciles para ella, pero siempre se encomienda a Dios, Él le da fuerzas para trabajar.
No dudó en afirmar que en Panamá hay trabajo y que los que no hacen nada por su familia son unos flojos, pues con algo de talento y disposición todo se puede.
Su temor
Los rumores de un posible desalojo han llegado a sus oídos y teme que le quiten su puesto, pero mientras esto no suceda ella echa pa’lante y tiene fe en que en algún momento su vida mejorará.