El gobernador Arnold Schwarzenegger acaparó nuevamente los tabloides. Esta vez no fue por una excelente actuación o una obra social como gobernador, nada de eso.
Lo que pasa es que Arnold tiene un severo problema con el tabaco. Al parecer, abusó tratando de imitar a los demás políticos del Parlamento Estatal, porque ahora no se separa de los tabacos. Así es, a Arnold todos en el Capitolio le huyen, porque no lo soportan, ya que es una chimenea andante. ¡Y tiene su propia marca de puros!
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