Alemania, dos días después de la eliminación en la semifinal a manos de Italia, sigue tratando de superar la decepción para pensar en el tercer puesto como consolación y también en la mejor forma de darle las gracias a la afición, que ha apoyado, apasionadamente, al equipo durante el torneo.
Sin embargo, los ánimos todavía son bajos, aunque los jugadores otra vez pueden sonreír y saben que en el futuro recordarán con gusto muchos momentos de este Mundial.
El seleccionador Jürgen Klinsmann, sin la presión ya de luchar por el título, ha hecho algunos descartes por razones médicas. El central Per Mertesacker dejó la concentración y se fue a Múnich para ser operado del talón. El lateral derecho, Arne Friedrich, tiene problemas de rodilla y es casi seguro que no jugará.
Klose tiene aún dolores en la pantorrilla, aunque quiere jugar.
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