¡Ups, ay no! Está comiendo acompañada de un grupo de amigos y, justo cuando va a introducir el tenedor en su boca, se cae el trozo de carne. Bueno, todos en la mesa empiezan a reírse y usted se sonroja; pero, ¿sabía que es muy habitual ver un enrojecimiento en las mejillas, orejas y frente? Para muchos es común ruborizarse o sonrojarse cuando se está nervioso, se siente vergüenza o cuando se tiene miedo.

En caso tal de que se haya preguntado a qué se debe esto, debe saber que el sonrojarse es una reacción normal provocada por un encogimiento de los capilares que irrigan sangre a la cara y orejas llamado vasocompresión.

Cuando una persona está en un momento en el cual considera que debe reaccionar, el flujo sanguíneo aumenta provocando que las mejillas se tornen más rojas. También es una reacción que puede ser aprendida.

¿Y SI NO ME SONROJO?

Si piensa que nunca se ha ruborizado, está equivocado, lo que sucede es que:

• Hay pieles más finas o delgadas que otras.

• La ansiedad también varía; hay personas más ansiosas que otras.

• No ha aprendido a ruborizarse.

• Puede que el tono de piel sea oscuro y no se note.

• La fluidez de la sangre también es distinta en cada persona.