La muerte sorprendió a Roberto Blake, de 27 años, cuando realizaba trabajos de soldadura en una bodega que habían alquilado a la empresa Brody, que remodelaba las instalaciones.
Blake jamás imaginó que sería su último día de trabajo al resbalar y caer del andamio a una altura de unos 25 pies, precisamente cuando soldaba.
El desafortunado falleció por las fracturas múltiples en la cabeza al quedar boca abajo y recibir el golpe en lugares sensibles.
Sin embargo, sus compañeros habían llamado a la ambulancia del Cuerpo de Bomberos, y aunque los paramédicos trataron de atenderlo, se percataron de que no tenía signos vitales.
El joven vivía con su familia en Chilibre. Su padre, un conocido jugador de béisbol, tuvo que sostenerse con su hermana por el fuerte dolor de cabeza que le dio al ver a su hijo inerte.
|