"Jooo, ¿esa soga canta, baila y te hace los abdominales?", fue lo que me preguntó un editor de la redacción cuando le dije que compré una soga de saltar de B
18.99... Pero... ¿por qué el asombro? Es obvio que estas sogas tienen características y funciones que no tiene una soga de lona, como por ejemplo que te marcan la cantidad de calorías que quemas al saltar, también que tienen un dispositivo que te hace saltar con ritmo.
Pero... sigo sin entender, ¿por qué el asombro? El hombre me dijo que era una manera innecesaria de gastar dinero y que era una compulsiva. Y quién les dice algo a ellos cuando se compran esas zapatillas de B/100.00, que por el precio tan elevado, mínimo deben caminar por uno. Es verdad, y creo que soy la primera en la lista, que cuando voy a una tienda de zapatos o de carteras muero en el acto y compro, compro, compro; lo mismo sucede con mis amigas y con el 99.9% de las mujeres en el mundo y, ¿quien me dice que no? Muy pocos entienden por qué compramos tantos zapatos negros. Lo que sucede es que desde que la moda existe o por lo menos desde que es notable, nadie se quiere dejar. Ellos nos critican, nos atacan, pero cómo les encanta y hasta los he oído decir: qué sexi se ve una mujer con esos zapatos... ¿Sí o no? Respóndanse solos. Al final, lo que sí es verdad es que no debemos dejar de cubrir nuestras obligaciones por comprar, primero son los deberes y después los gustos.