Tengo una tía que desde los 43 años padece de artritis; 20 años después sus articulaciones están deformadas, le cuesta escribir, usar las manos y hasta ponerse calzados ¿Por qué le sucedió eso? ¿Será hereditario?
La artritis reumatoidea, que puede llegar a artritis deformante, comienza a temprana edad (20-40 años). No se conoce su causa, pero puede ocasionar incapacidad y gran limitación si no se diagnostica o trata a tiempo. Es una enfermedad autoinmunitaria, lo cual significa que el sistema inmunitario del cuerpo ataca por error al tejido sano. Se puede presentar a cualquier edad, pero es más común en mujeres de mediana edad, como en el caso de tu tía. Las mujeres resultan afectadas con mayor frecuencia que los hombres. Infecciones, la herencia y las hormonas pueden estar vinculadas con esta enfermedad. Afecta generalmente las articulaciones pequeñas en ambos lados del cuerpo por igual. Las muñecas, las rodillas, los dedos de las manos y los tobillos son los que resultan comprometidos con mayor frecuencia. Comienza de manera lenta, por lo general solo con dolor articular leve, rigidez y fatiga. Clásicamente la rigidez es matutina y dura por más de una hora. Las articulaciones pueden sentirse calientes, sensibles y rígidas cuando no se usan durante una hora. El dolor articular a menudo se siente en la misma articulación en ambos lados del cuerpo. Con el tiempo, las articulaciones pierden su rango de movimiento y pueden volverse deformes, por lesiones y pérdida del cartílago articular. A veces puede haber otros síntomas como dolor torácico al respirar (pleuresía), resequedad en los ojos y boca (síndrome de Sjogren), ardor, prurito (picazón) y secreción del ojo, nódulos bajo la piel (generalmente un signo de una enfermedad más grave), entumecimiento, hormigueo o ardor en las manos y los pies y dificultades para dormir.
Se considera una de las colagenopatías o enfermedades autoinmunes. Si bien no se puede decir que se herede, se observa que en las familias que se presenta una de las enfermedades autoinmune es más frecuente encontrar varias enfermedades autoinmunes en otros miembros de la familia. Por ejemplo, tu tía tiene artritis reumatoidea deformante, probablemente haya otros familiares con Lupus eritematoso o Síndrome de Srojen (otras enfermedades autoinmunes). Debes preguntar los antecedentes en tu familia. Se hereda es la vulnerabilidad a presentar enfermedades de este tipo.
La artritis reumatoidea generalmente requiere tratamiento de por vida que incluye medicamentos, fisioterapia, ejercicio, educación y posiblemente cirugía. El tratamiento agresivo y oportuno para este tipo de artritis puede retardar la destrucción de la articulación.
Los ejercicios de rango o amplitud de movimiento y los programas indicados por un fisioterapeuta pueden retardar la pérdida de la función articular y ayudar a mantener los músculos fuertes. Algunas veces, los terapeutas usan máquinas especiales para aplicar calor profundo o estimulación eléctrica para reducir el dolor y mejorar la movilidad articular. Las técnicas de protección articular, los tratamientos con calor y frío y el uso de férulas o dispositivos ortopédicos para apoyar y alinear las articulaciones pueden ser muy útiles. Se recomiendan períodos frecuentes de descanso entre las actividades, así como de 8 a 10 horas de sueño cada noche.
Medicamentos antirreumáticos (metotrexato, leflunomida) y antiinflamatorios (celecoxib, inhibidores de COX-2) son de uso frecuente. Todos tienen efectos secundarios. Aunque los AINES funcionan bien, su uso prolongado puede causar problemas estomacales, como úlceras y sangrado, y posibles problemas cardíacos. En algunos casos se recomiendan medicamentos antipalúdicos: (hidroxicloroquina) y, por lo general, se usan junto con metotrexato. Pueden pasar semanas o meses para ver algún beneficio de estos medicamentos. Los corticosteroides funcionan bien para reducir la hinchazón e inflamación articular. Sin embargo, debido a los efectos secundarios a largo plazo se deben tomar solo por un corto tiempo y en dosis bajas cuando sea posible.
También se utilizan medicamentos que modulan los glóbulos blancos como: abatacept y rituximab e inhibidores del factor de necrosis tumoral (FNT) (Adalimumab), de la interleucina-6 (IL-6) (tocilizumab).
Debido a los efectos secundarios de todos estos tratamientos, muchos pacientes los dejan, deteriorándose sus articulaciones y deformándose. A veces algunos casos son muy resistentes a los tratamientos y la enfermedad continúa, a pesar de los mismos. Por otro lado, la artritis reumatoidea se asocia a síndromes depresivos que evitan que el paciente siga el tratamiento.
Ocasionalmente se necesita cirugía para corregir las articulaciones que sufrieron daño grave. La cirugía puede abarcar desde extirpación del revestimiento articular (sinovectomía) hasta artroplastia (o reparación articular) total en casos extremos; puede incluir artroplastia total de rodilla, artroplastia de cadera, artroplastia del tobillo, artroplastia del hombro y otras.