Es cierto que en Arraiján la empresa CREDESOL no recoge la basura debidamente, pero también lo es que muchos residentes tiran las bolsas de basura donde mejor les parece, creando pequeños pataconcitos, sólo por no pagar el servicio de recolección. Es obvio que hace falta una campaña educativa, que comience por los niños en el hogar y las escuelas, y siga con los jóvenes y adultos, pues no es de extrañar que un niño se tome un jugo y bote el envase en la parada, en la acera, o simplemente en el patio de la escuela. Ya es hora de que alguien tome la batuta e inicie esta campaña, porque es lo único que a largo plazo puede salvar al país de la podredumbre que se avecina por la falta de un buen sistema de recolección y, más allá de eso, de una epidemia provocada por cochinos.
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