¡Válgame Dios! A todo el peatón que pueda confesarse antes de cruzar en la vía Tocumen, frente a la empresa Unilever, justo en la entrada de Villa Catalina, le recomendamos que lo haga. Según lectores, cruzar allí es jugarse la vida "bien pritty", porque los autos van a mucha velocidad, especialmente los camiones, y el semáforo tiene tres días de estar apagado, durmiendo el sueño eterno. La gente cruza como quien está en una pista de patinaje, es decir, casi volando para llegar a la calzada. Allí toma un aire, para luego terminar de cruzar las cuatro vías. Hacen un llamado al Tránsito para que repare el semáforo con urgencia notoria, tal como aprobaría una ley la Asamblea Nacional. Esto es cuestión de vida o muerte, según un lector, y necesita respuesta ya.
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