Un comerciante ejemplar


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Las sandalias que vende Lucho vienen de la provincia de Chiriquí.

Fotos: EVERGTON LEMON

  • Un comerciante ejemplar

    Las sandalias que vende Lucho vienen de la provincia de Chiriquí.

    Fotos: EVERGTON LEMON

  • Un comerciante ejemplar

    Las babuchas son muy correteadas por sus clientes.

  • Un comerciante ejemplar

    Su puesto está ubicado en Paraíso.

  • Un comerciante ejemplar

    Su negocio es muy próspero.

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    Las babuchas son muy correteadas por sus clientes.

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    Las babuchas son muy correteadas por sus clientes.

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    Su puesto está ubicado en Paraíso.

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    Su negocio es muy próspero.

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    Su puesto está ubicado en Paraíso.

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    Su negocio es muy próspero.

Yanelis Dominguez - DIAaDIA

Un empresario de éxito. Su don de gente y sus ganas de triunfar llevaron Luis Alfonso Obaldía a poner su propio negocio, que hoy es muy próspero.

Su arte lo aprendió durante su adolescencia, pero no fue hasta cumplir la mayoría edad que logró colocarse, primero como buhonero, y ahora como vendedor de sandalias típicas panameñas. También repara zapatos dañados por el tiempo.

Don Lucho, como es conocido en Paraíso, San Miguelito, siempre está disponible para todos sus clientes, ya que abre todos los días para que las personas tengan la oportunidad de comprar o reparar un buen calzado.

Las sandalias que vende son de la provincia que lo vio nacer, Chiriquí, cada 15 días las trae para que la gente se deleite con estas creaciones. Las babuchas y botas para época de desfiles patrios, cuando su negocio se ve inundado de jóvenes, las confecciona con sus propias manos.

Con este negocio ha educado y le ha dado bienestar a su familia, ya que su puesto de trabajo durante 19 años le ha dado una buena economía. Rara vez le va mal, pues según Obaldía, en Panamá lo que sobra es plata, después de que se sepa invertir. Para lograr un buen negocio hay que tener tres cosas claras: estudiar el producto que se va a vender, tener capital y ganar clientes; si se logran, lo demás sobra, pues las ganancias vienen solas. Sin menospreciar a nadie, atender a las mujeres es lo que más le gusta a “Lucho”, pues siempre llegan con una historia con respecto a lo que le sucedió a su zapato y eso le hace inspirarse a la hora de arreglarlos.

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