Delfín Muñoz Valdés, de siete años, era un niño bueno e inteligente que ocupaba el primer puesto en la escuela Gabriela Mistral.
La tarde del 4 de abril del 2000, su vida cambió cuando un bus colegial lo arrolló. Hoy enfrenta las secuelas de esa fatídica fecha, ya que le quedó una parálisis cerebral.
Iveth Valdés, con una ferviente fe que sale de sus entrañas, sabe que su hijo puede superar todas estas pruebas, a pesar de que su lenguaje sólo se ciñe a un sí, que le expresa cuando levanta su mano izquierda, al sonreír, o cuando sus ojos se encuentran en un íntimo lenguaje.
El centro donde una vez estudió, el próximo 18 de julio realizará una caminata con el fin de recoger fondos para sufragar gastos propios de su enfermedad. El evento arrancará en El Tajonazo de Arraiján, por lo que esperan la asistencia de todos.
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