Pinolero de oro
Luis Carlos Miranda Colindres confía en que su equipo llegue a disputar la final del Torneo Latinoamericano de Béisbol Infantil 2007. (Foto: Jesús Simmons / EPASA)

Elisinio González G. | DIAaDIA

Son muchas las historias que se han escrito sobre jugadores que nacen con un amor especial por el deporte del béisbol.

La que contaremos a continuación no es la excepción.

Se trata de Luis Carlos Miranda Colindres, un niño que no escondió su pasión por el béisbol desde los seis años de edad en su natal y querida Nicaragua.

Un niño que hoy, gracias al esfuerzo, dedicación y apoyo de sus padres, ha cosechado su primer triunfo de oro a nivel internacional, al lanzar un partido sin imparables y sin carrera en el XLI versión del Torneo Latinoamericano de Béisbol Infantil (11-12 años) que se realiza en la "Tierra del Canal", en la capital.

Miranda estampó su firma dorada en el libro sagrado del béisbol de Pequeñas Ligas el domingo, cuando dominó por completo a la artillería de Costa Rica.

Fueron tres episodios de oro, donde el tirador derecho se enfrentó a 11 bateadores, nueve de forma oficial. En total golpeó a uno, ponchó a seis y boleó a uno, en la victoria de Nicaragua 13-0, por abultamiento de carreras en tres entradas y media.

GUERRERO DEL MONTICULO

Mientras preparaba ayer su guante para entrar al terreno de juego, el pequeño guerrero pinolero habló sobre la hazaña de oro.

"No fue un partido de presión. Mi equipo me apoyó con muchas carreras desde el inicio del partido y eso me ayudó para mantenerme firme en el montículo", dijo Miranda, quien agregó que "el lanzamiento que más utilicé fue la recta, porque estaba poderosa".

Indagado sobre cómo hace para tener tanta fuerza para lanzar, a pesar de su corta estatura, el pinolero rompió en carcajadas e inmediatamente reveló el secreto.

"Mi fuerza es a base de mucho arroz con frijoles. Así nos alimentamos los nicaragüenses y por esa razón es que tenemos tanta fuerza", expresó.

DEDICACION ESPECIAL

En medio de la entrevista, una persona se le acercó al pequeño Luis. Un abrazo y un beso de mucho amor salieron a escena. Era Ninosca del Carmen Colindres, la que le dio la vida al chico.

"Esta es mi madre, que siempre me ha apoyado al igual que mi padre. Gracias a Dios, ella pudo vivir este momento especial conmigo", declaró el pequeño, mientras le daba un beso en la mejilla a su querida madre.

De repente, el jefe de la tropa nicaragüense hacía un llamado para que los niños se trasladaran hacia el extremo izquierdo del estadio Felipe Motta.

Pero antes de atender este llamado, el Luis aprovechó para hacer pública su dedicación especial.

"Esta hazaña primero se la dedico a Dios y luego a mis compañeros y directores que me apoyaron. También a mis padres, por darme la oportunidad de jugar un deporte tan bonito como es el béisbol", precisó.

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