Querube Barahona. (Foto: Didier Hernán Gil / EPASA)
Didier Hernán Gil
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Que satisfacción se siente cuando los hijos ven en sus padres un modelo a seguir. Escuchar y ver a un hijo hablando de los legados de su padre causa una sensación de armonía, que nos permite suspirar y relajarnos en medio de lo acelerado en que transcurren nuestros días.
Querube Barahona reconoce y recuerda que su madre crió a sus seis hermanos a base de las costuras que hacía en su comunidad. "Hoy más que nunca reconozco el valor de ese trabajo", dijo.
Ella es hija de Ángela Herrera de Castañeda, quien se ha dedicado a la modistería, luego de recibir un curso sobre esta especialidad. De allí en adelante, ese fue mayor bastión de lucha y el soporte de su familia.
Cuatro décadas después, aproximadamente, Querube recibe un curso de modistería en la Junta Comunal Mateo Iturralde, San Miguelito, donde complementa sus conocimientos en el arte de las agujas, hilos, tela y tijeras.
"Lo que ha hecho mi mamá en mí y en mi trabajo es invaluable, pues ella aporta la experiencia y yo el entusiasmo", contó.
DIAaDIA conoció que ambas féminas laboran desde su casa y tienen una clientela fija, lo que significa que nunca falta quien las busque para arreglar una basta, pegar un botón o cambiar una cremallera, entre otros trabajos más exigentes.
Si la señora Ángela sacó a sus siete hijos adelante con la modistería, Querube está siguiendo ese ejemplo con sus dos vástagos, que ya están cursando estudios universitarios.
Hace poco, ella recibió una de las 16 máquinas de coser eléctricas por parte del Despacho de la Primera Dama, para que estas mujeres puedan continuar fortaleciendo su economía familiar.
Al menos, Querube está más entretenida que nunca, como una niña con juguete nuevo. ¡Enhorabuena!
QUERUBE
Empezó ayudando a su mamá a coser desde niña. Hoy se siente satisfecha de haber aprendido de su mejor maestra: su madre.