En emisoras de radio uruguayas, que captamos vía Internet, es la moda culinaria del momento: "Paul, el pulpo adivino, al escabeche."

"Golpeamos el pulpo, preferentemente Paul, con un rodillo o una maja, para enternecer la carne. Lo limpiamos bien, lo troceamos y lo introducimos en una cacerola con agua hirviendo, junto con la zanahoria, la cebolla, el clavo y el manojo de perejil. Lo salpimentamos y le añadimos el laurel. Tapamos la cacerola y lo cocemos a fuego lento hasta que el pulpo esté tierno".

Es que mientras no se metiera con la Celeste, existía el compromiso de honor de perdonarle la vida al octópodo que habita las aguas del acuario Sea Life de Oberhausen. Total, una paella, aunque con la ausencia de la carne de pulpo, se dejaba comer, y el alegre animalito podía seguir haciendo sus adivinanzas, y hartándose de carne de almejas, que es su plato predilecto.

Pero, no conforme con los partidos de Inglaterra, Alemania, Argentina, Holanda, España, a Paul, el pulpo adivino, le fascinó meterse más allá, y empezar con quién gana a quién, al mejor estilo de Walter Mercado. Y he aquí, que le dio por hacer ver que Alemania le va a ganar a Uruguay, y que los pobres charrúas están muertos antes de jugar porque así lo dispuso Paul, el pulpo adivino. ¡Manolo, guárdame una porción doble de "Paul al escabeche!".