
Psicopedagogo
Patólogo de Audición y Lenguaje
CIAES-UDELAS. Telefono: 501-1070
El lenguaje está presente, sea cual sea el idioma que hablemos, en todas nuestras actividades, incluso cuando callamos. Es la facultad específica del género humano.
Si estudiamos su constitución, descubrimos en él la pauta básica de toda ciencia, la cual, a su vez, nos permite comparar su fundamento con el de las ciencias particulares. Quien se adentra en el conocimiento del Lenguaje, descubre incluso parte de su personalidad y del lazo que lo une al resto de la comunidad idiomática en la que habita.
Existe un trastorno específico del lenguaje denominado la Disfasia. Es cuando el sujeto presenta déficit en el lenguaje, tanto a nivel comprensivo como expresivo, sin que exista un trastorno generalizado del desarrollo, déficit intelectual, auditivo o un trastorno neurológico.
Este déficit en el lenguaje oral se caracteriza, además por un retraso cronológico en la adquisición del lenguaje, por importantes dificultades específicas para la estructuración del mismo, produciéndose así, conductas verbales anómalas que se traducen en una desviación respecto a los procesos normales de adquisición y desarrollo del lenguaje.
Diferentes
No todas las disfasias son iguales pues los niños/as son diferentes.
Puede afectar el nivel comprensivo y/o expresivo del lenguaje, o a diferentes rasgos o niveles con cuadros diferenciales.
Origen múltiple
Se han manejado y se siguen manejando múltiples hipótesis. Su etiología puede ser múltiple.
Aunque en el diagnóstico se eliminen otros tipos de déficits o patologías del niño/a disfásico, debe responder a una descripción objetiva de conductas lingüísticas, cognitivas, sociales y psicomotoras ceñidas al déficit que presenta.
No existen pruebas de exploración neurológica, cromosómica o de otro tipo para que se pueda dar un diagnóstico cierto e incuestionable.
Especialistas
Será imprescindible el diagnóstico del Neuropediatra y del Patólogo del Lenguaje, y la intervención del maestro especial, Neuropsicólogo y otros profesionales del sector.
Confusiones
Se puede confundir con otro tipo de patología si hay una valoración incorrecta de las conductas que el niño/a presente. También cuando, aunque de forma más leve, estén comprometidas redes cerebrales de otras entidades neurológicas; cuando muestra conductas y comportamientos semejantes en edades tempranas con otros trastornos (autismo, sordera, déficit atencional), pero motivados por causas distintas, perceptibles en la exploración y valoración.
Déficits secundarios
El lenguaje es la capacidad por excelencia para organizar el pensamiento, canalizar los aprendizajes y regular las conductas. Por lo tanto, y dependiendo de la edad del niño/a y de la severidad del trastorno, se pueden constatar déficit secundarios: de apariencia perceptiva, cognitivos, psicomotores, afectivos y relacionales.
Las señales
No son exclusivas
No responde cuando se le llama.
No responde a los estímulos orales.
Antes decía papá, mamá, y ha dejado de decirlo.
No entiende muchas de las cosas que se le dicen.
No llora ni se ríe como los demás niños/as.
Se irrita mucho, es "distraído".