Madre, clama justicia


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La Fiscal Enereida Barría dijo que no podía dar declaraciones al respecto.

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Elsa González / Herrera - DIAaDIA

La alegría de la casa se fue. La familia experimenta una frustración, dolor y rabia. Lisbeth Robles es una madre de la Arena que perdió a su pequeña Sara Odilis Benalcázar Robles, de 3 años, en una cama del Hospital Cecilio Castillero de Chitré, por lo que clama justicia, un mes después de haber interpuesto una denuncia por supuesta negligencia médica ante la Fiscalía de Descarga.

“Yo llevé a mi hija al hospital Cecilio Castillero con fiebre bastante alta el domingo 27 de mayo, la doctora que la atendió diagnosticó una bronquitis. Le recetó tres nebulizaciones y cinco inyecciones. La niña pasó la noche llorando en mi casa y se quejaba de dolor y la fiebre altísima”, relató la madre de la menor.

Como la fiebre no cedía, decidió llevarla nuevamente a Urgencias. Al día siguiente como a las 9:00 a.m., un galeno de Medicina General la atendió y le mandó otros exámenes debido a que la niña presentaba diarrea.

Examinó las placas y dijo que para él, la niña tenía una neumonía y no una bronquitis como se diagnosticó en primer momento, y la hospitalizó después que se tenían los resultados de todos los exámenes.

“En la sala de niños, yo veía a mi hija en el transcurso de las horas que decaía más, la fiebre de 39 grados seguía, se me quejaba del dolor y no dejaba de llorar. La doctora de turno, Arelis Cuevo, era una interna, me decía que le pusiera agua tibia y le diera acetaminofén. Era lo único que le daban a mi hija”, recalcó. Después le empezó a dar antibióticos.

Como a eso de las 10:00 p.m. la niña presentaba dolores más fuertes. “Mi hija no tenía tranquilidad. Yo la cargaba, la acostaba en la cama, le hacía de todo y era en vano no tenía cómo consolarla, estaba sufriendo mucho”.

Como a las 7:00 a.m. el doctor Álvaro Moreno, pediatra, la examinó. “Él me habló en estos términos: aquí tu tienes que estar jodiendo y molestando, e insistiendo...“

Después se reunieron todos los médicos y la mandaron para Cuidados Intensivos, le pusieron un tubito por la nariz, porque ya estaba casi sin respiración (casi muerta). La niña empezó a vomitar sangre.

Después le dijeron que tenían que trasladarla para Panamá urgente porque no tenían los aparatos necesarios para atender a la niña.

“Fui a mi casa a preparar las cosas rápidamente y en cuestión de minutos, cuando regresaba me avisaron que la niña había muerto”.

 
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