Como en otro mundo, comenta Danita que se siente cuando está pintando en el taller de manualidades. Para esta mujer, al igual que para todos los clientes asiduos de Graphic Shop, la sensación de relajamiento y placer al participar en los talleres es indescriptible.
Como antiestrés, relajante y hasta propicio para compartir con los hijos, considera Emma Sáenz, colaboradora del local, que las personas deseen participar en los cursos. Según Sáenz, la inscripción de niños, más que todo en los talleres, ha incentivado a que los padres y acudientes también deseen participar, porque que es una bonita forma de estar con la familia y desconectarse del mundo real.
Entre los talleres que se imparten, el favorito de las jovencitas es el taller de confección de prendas. Explica la instructora del mismo que, favorablemente, las clientas llegan felices y se marchan más contentas, porque a su propio gusto elaboran sus collares, los cuales aseguran que no tienen nada que envidiarle a los que están en las vitrinas de las boutiques.
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