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Tras las líneas
En junio de 1974 se escaneó un paquete de chicles Juicy Fruit Wrigley de 10 unidades, ese fue el primer contacto del código de barra con el lector.

Dayana Rivas | DIAaDIA

Literalmente leyendo entre líneas. El lector de código de barras no pasa de moda, a treinta y cinco años de su creación sigue siendo una herramienta útil para empresas y consumidores.

Captar la información que guardan esas líneas blancas y negras permite que muchos ahorren tiempo. ¿Te imaginas en el supermercado con la cajera marcando cada uno de los números o precios de los productos? ¿Te has puesto a pensar en el tiempo que se ahorran en las autopistas los usuarios de las tarjetas prepagadas?, pregunta Alfred Navarro, de Channel Manager Sr. Latin America.

Bajo ese disfraz a rayas se esconde información sobre características, fabricantes, costos, valores, fechas, ubicación, ventas, etc., de los productos. El primer contacto entre el código y su lector se produjo a través de un paquete de chicles Juicy Fruit Wrigley de 10 unidades, en un supermercado en Ohio, Estados Unidos, en 1974.

En el 2007, Motorola adquiere Symbol Technologies, la empresa innovadora en tecnologías de captura avanzada de datos y desarrolla los mejores lectores del mercado. Para este año se consolida como líder indiscutible en esta materia, cuyo origen es el lector de código de barras y el máximo exponente en la actualidad es la tecnología RFID (Identificación por Radio Frecuencia).

Hoy el código de barras se está implantado masivamente de forma global. Ni siquiera con su mayor optimismo el Dr. Swartz, inventor del lector láser que se utiliza para los códigos de barras, podría haber imaginado el gran impacto que tendría su creación en todo el mundo.

Se leen más de 10 mil millones de códigos UPC por día en aplicaciones de más de 25 industrias, incluyendo bienes de consumo empaquetados, indumentaria, hardware, servicios alimenticios, asistencia médica, logística, gobierno y electrónica de alta tecnología, explicó Navarro.

Incluso se observa la aparición de códigos de barras en aplicaciones en las que hasta ahora no existían. Por ejemplo, el caso de los teléfonos celulares, para controlar el equipaje en aeropuertos o recibir cupones de descuento en tiendas de venta al por menor.

La importancia del lector de código de barras es más notoria si se imaginan cómo sería la vida sin ellos. Sólo hay que pensar un poco en las empresas; ya que los lectores son fundamentales para reconocer con rapidez un artículo en cualquier punto de la cadena logística, para realizar inventarios, para contar con información del producto y sus características asociadas, o controlar el "stock", el ingreso y las ventas de cualquier artículo en las distintas industrias.

En el escenario mundial se muestra una fuerte tendencia hacia la empresa móvil, caracterizada por empleados en movimiento que necesitan estar conectados permanentemente y contar con acceso a las aplicaciones e informaciones de la empresa en todo momento.

Dentro del esquema de la empresa móvil, los lectores de códigos de barras y la tecnología RFID cumplen un rol fundamental, permitiendo administrar la logística de las industrias en producción, almacenaje, ventas, distribución, etc. Día a día los lectores de códigos de barra ganan espacio en las actividades diarias y se consolidan como una herramienta estratégica, gracias a las capacidades conseguidas en sus 35 años de evolución constante.





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