Nuestro seleccionado mayor de fútbol logró la noche del pasado domingo hacer realidad el objetivo trazado para la Copa de Oro, al avanzar a los cuartos de final, tras sorprender en primera instancia a una "favorita" Colombia, y después igualar ante la corpulenta escuadra trinitaria.
Con humildad y mucha garra, esfuerzo y seguridad, el representativo criollo logró un significativo empate que le permitió continuar en competencia. Sin embargo, una vez más se volvió a fallar en la concentración, al darse por ganado el partido sin que el central hiciera sonar el silbato.
Al menos esa actitud, que tantas veces le ha costado caro, fue la que mostraron los chicos anoche, ya que después del segundo gol de Tejada al minuto 90, en lugar de manejar el balón cuando a esa altura se jugaba el tiempo complementario, lo que hicieron fue despejar y de paso entregar la pelota al rival, para que llegara entonces la jugada que a la postre selló el empate.
Los resultados que se obtengan de aquí en adelante pasarán a mi concepto a segundo plano. Ya bastante se logró al clasificar por primera vez a los cuartos. No es que seamos conformistas, por supuesto que siempre se quiere más, pero lo importante es que el plantel se siga mostrando bien para que recupere la confianza de cara a los próximos partidos de la eliminatoria.
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