Amor igual para todos. "Yo no soy tu preferido". ¿Has escuchado esa frase de reclamo en tu hogar? Cuando se tiene más de un hijo o hija los padres comúnmente caen en el error de inclinar más su atención por uno de ellos, ya sea por su carácter o por sus destrezas.
La psicóloga Magaly Dunn explicó que, en la mayoría de los casos, los padres no se dan cuenta de la acción hasta que otra persona se lo dice o el hijo demuestra que ha notado la marcada preferencia por su otro hermano o hermana.
"Puede ser que una madre siempre soñó con tener una hija, y luego de muchos años de intentos, de cuatro hijos varones, la última es una niña", mencionó la experta.
Lo que no se nivela es el grado de afectación en los chicos. Puede influir en el comportamiento, rendimiento escolar; peor aún, cuando se hacen comparaciones en las habilidades y capacidades. También se escucha decir a los padres comentarios como, "nació un excelente nadador, como yo".
Para procurar no caer en los "favoritismos", Dunn recomienda evitar dichas comparaciones, menos cuando pueden "pecar" de humillaciones por sarcasmos y burlas. Puede ser una grave herida a la autoestima de los hijos y hace que crezcan con sentimientos de inferioridad, pues se sienten menos queridos.
Se puede "remendar la brecha". Como adultos se cae en equivocaciones, lo importante es reflexionar sobre lo hecho y tratar de buscar la manera de enmendar el daño. La experta manifestó que deben detenerse a pensar en lo que pasa por la mente del hijo o hija.
"Medite y hágase las preguntas: ¿Mi hijo(a) estará realmente seguro de que yo lo quiero y lo amo muchísimo? ¿Sabrá que es importante para mí y que deseo todo lo mejor para él(ella)?", sugirió.
Hay que buscar el punto neutral en el tratamiento de los hijos, entregando cariño con igualdad. Muchas veces se siente que por su actitud un hijo necesita más atención, esto no es una excusa para marcar dicha diferencia, puesto que a la postre todos deben captar la misma porción de atención.