Bueno, el taxista de esta semana empez� a contar sus vivencias desde Plaza Tocumen hasta la Tumba Muerto. Entre sus confesiones estuvieron las siguientes:
"Uno, cuando trabaja de esto, se encuentra con cualquier tipo de locos. Mire, yo me puedo levantar con buen humor, pero hay clientes con los que uno coge unas rabietas. Sabe por qu� se lo digo, porque se las quieren dar de vivos.
Te discuten, me han intentado dar paraguazos, simplemente porque les cobro lo justo. Yo s� que hay otros conductores que andan con el "juegavivo" encima, pero choferes honestos como yo pagamos los platos rotos.
Hay abuelitas que me han tirado la puerta y me pagan lo que les da la gana, dizque porque ellas son jubiladas.
Hay pasajeras que trabajan como prostitutas y a veces los vecinos le dicen a mi mujer que me vieron con tremendo penco de mujer ruleteando. Son tan ciza�osos que le calientan los o�dos cuando me ven de nuevo con la misma mujer, pero es una clienta. Nada m�s. Lo que s� yo no tolero son los pasajeros borrachos e impertinentes. Chuzo, una vez casi me lleva la polic�a por bajar a un pasajero que me vomit� el taxi. �Te imaginas eso?".