Cualquiera persona común pensará que para ser cantalante sólo se necesita tener buena voz. Nada más lejos de la realidad. La profesora y cantalante Haydeé Cantillo, con mucha soltura y orgullo comentó que gracias a su abuela Paula Murillo, se convirtió en una amante del folclore, sobre todo, del canto.
EMPEZO DESDE CHIQUITA
Recuerda que a los cinco años interpretó por primera vez un canto. Se trataba del tema "Sol brillante", que según cuenta no es nada fácil. Entre sus andanzas de chiquilla están los paseos junto a su padre, que por lo regular paraban en los toques de tambores.
GRACIAS A SU PRIMO
El talento de Haydeé quedó un poco olvidado, pero su primo Carlos Camargo la incitó a desarrollarse más. Hasta el momento, esta mujer oriunda de Antón, Coclé, sólo dominaba el canto antonero y Carlos, conociendo sus dotes, la impulsó para que se especializara en los santeños, darienitas, congos y más.
AHORA ENSEñA
Haydeé no ha sido egoísta y decidió pasar sus conocimientos a las más jóvenes. Desde 1998 ha formado parte de varios colegios para las eliminatorias del Festival de Zárate. Preparó a dos estudiantes del Instituto Profesional y Técnico Don Bosco.
Comentó que para aprender el arte de cantar, al estilo típico se necesita mucho oído, abrir bien la boca para que salga el aire, tener buena entonación y llevar bien el ritmo, ya que hay varias modalidades de canto como el corrido, la tuna, bullerengue, darién , bundé, el congo y otros.
La preparación de Haydeé continúa y espera dentro de poco iniciar estudios universitarios para especializarse.
ANTONERO
El canto de la región de Antón se diferencia por el uso de un almirés y tres tambores: pujador, repicador y el llamador.
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