Recibo diariamente correos electrónicos de lectores indignados con los programadores de Telemetro y creo que con justa razón. En esta pantalla han decido jugar a cambiar horarios de hoy para hoy...de ya para ya sin importarles nada su audiencia. Te anuncian un programa para una hora y te lo presentan dos después. Una telenovela la anuncian y lanzan en un horario, le hacen una superpromoción, traen a sus actores y después, como por arte de magia la desaparecen o la llevan casi a las doce de la noche; eso, si es que no se inventan dos capítulos un mismo día en diferentes horarios o esos "misteriosos" especiales periodísticos que aparecen una mañana y se presentan en la noche.
Ejemplos sobran y a las pruebas me remito: Pobre millonaria, En nombre del amor, Alma indomable, Rubí, Un gancho al corazón, Telemetro Reporta Nocturno y hasta Tu Mañana, entre otros espacios han sido víctimas, junto a sus audiencias, de una "mente creativa o perversa" que ha decido decirnos: "síganme y juguemos a cambiar horarios".
Por ejemplo, en las mañanas, cuando transmitían los últimos capítulos de Rubí (en su repetición), presentaban 10 minutos de telenovela, insertaban 30 de la repetición de La Madrastra y después volvían con otros 10 minutos más de Rubí.
Eso era un enredo que ni ellos mismos entendían porque cuando llamé a programación, no supieron sustentarme una respuesta "coherente". Sí, yo sé que era una estrategia para captar la atención y amarrar a los seguidores de Rubí con La Madrastra, pero señores, ambas telenovelas ya se transmitieron aquí en horario primer time y también por cable. ¿A quién pretendían amarrar a qué, si cientos de personas ya las vieron antes?
En algún momento a esa 'mente creativa o perversa' se le olvidó que una de las claves para el éxito de una pantalla televisiva es crear recordación de producto en la mente de la audiencia. Esto se crea respetando horarios, con promociones creativas, con una estrategia de continuidad horaria en pantalla que haga que, en automático, los seguidores solo esperen la hora para verlo. Las estrategias de captación de audiencias en una pantalla donde se respete a quien los ve, se piensan bien, se planifican, se informan, se explican para que no suceda lo que está pasando: la gente está harta de que Telemetro les cambie sus programas favoritos a horarios "brujos" sin avisar.
Pero mientras la audiencia se molesta y a Telemetro eso le sabe a nada, la competencia se aprovecha de ese desorden. Esto lo digo porque hace tres semanas en una presentación de resultados de los primeros seis meses de 2009 que TVN-TVMax organizó para clientes, uno de los temas que sacó a relucir la gente de la Transístmica, fue el desorden que tiene su competencia en pantalla. La gente de TVN-TVMax dijo, y con propiedad además, "que ellos no tienen desorden en pantalla con los horarios y que no solo respetan a sus clientes sino a su audiencia". ¡GOOOOL!
Está comprobado, aquí en Europa o en China, que la relación televisión y audiencia es como una relación amorosa. Se mantiene viva si hay respeto. En Telemetro no están considerando a esa audiencia que sale corriendo de su trabajo para llegar a casa a ver su telenovela favorita y, de repente, se sienta a esperar su programa y nada. Eso es irrespetar la lealtad del televidente. Esto es decirle a quienes los sintonizan "ustedes no nos importan", eso es, en pantalla, jugar a ensayo y error, a pataleo de ahogados. ¡Cuidado con ese juego! Su audiencia está perdiendo la paciencia con ese irrespeto. Respétenle los horarios que les venden. El irrespeto les puede costar seguidores. Pongan en práctica, de verdad, eso de "más cerca de ti". ¡Piénselo!