
Siempre está de buen humor.
Fotos: ROBERTO BARRIOS
Siempre está de buen humor.
Fotos: ROBERTO BARRIOS
Siempre está de buen humor.
Fotos: ROBERTO BARRIOS
Un gran amigo
Hombre con mucha fe.
Sus otros amigos en el negocio.
Siempre está de buen humor.
Fotos: ROBERTO BARRIOS
Un gran amigo
Hombre con mucha fe.
Sus otros amigos en el negocio.
Siempre está de buen humor.
Fotos: ROBERTO BARRIOS
Un gran amigo
Hombre con mucha fe.
Sus otros amigos en el negocio.
Siempre está de buen humor.
Fotos: ROBERTO BARRIOS
Un gran amigo
Hombre con mucha fe.
Sus otros amigos en el negocio.
Siempre está de buen humor.
Fotos: ROBERTO BARRIOS
Un gran amigo
Hombre con mucha fe.
Sus otros amigos en el negocio.
Bajo el incandescente sol de la tarde, el humilde hombre de 38 años recorre las calles para buscar el pan y llevarlo a su casa. Con una sonrisa reconoce que su labor no es fácil, estar en medio de la calles, estar pendiente del cambio de luz y estar chispa de que alguien no lo atropelle es muy difícil; sin embargo, sabe que es una manera de ayudar a los conductores que no tienen la oportunidad de parar en una tienda, comer algo o tomar una bebida.
Pocos casos
Desde las 6:00 a.m., Ángel está preparado en la Plaza 5 de Mayo para vender sus productos, aun así, en su mente siempre tiene presente a su hijo. Es padre soltero desde hace más de cinco años, “su madre se fue y nos dejó solos” fueron las palabras del luchador hombre, quien día a día trata de buscar el pan para su hijo, al que sueña ver convertido en un profesional. Mientras suda la gota gorda en las ventas, su madre se encarga de cuidar al pequeño.
Afectaciones
Tras 17 años de laborar como vendedor ambulante, Ángel reconoce que los constantes cambios en la ciudad y la llegada del metrobús le ha afectado su negocio, ya que la mayoría de sus clientes eran los conductores de buses y los pasajeros, pero ahora que no pueden subirse a estos colectivos, la baja ha sido grande. Pero esto no ha mermado el buen sentido de humor de este sujeto, ni sus ganas de seguir adelante.