Pérdida irreparable


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Personal de Criminalística buscó pruebas en la casa de Erodita y sus hijos.

Fotos: R. BARRIOS/ M. ALVENDAS

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    Personal de Criminalística buscó pruebas en la casa de Erodita y sus hijos.

    Fotos: R. BARRIOS/ M. ALVENDAS

  • Pérdida irreparable

    Aquí estudiaba Isaías y su hermana.

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    Este era José, de 15 años de edad.

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    Samuel fue al primero que mataron.

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    Aquí estudiaba Isaías y su hermana.

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    Este era José, de 15 años de edad.

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    Samuel fue al primero que mataron.

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    Aquí estudiaba Isaías y su hermana.

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    Este era José, de 15 años de edad.

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    Samuel fue al primero que mataron.

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    Aquí estudiaba Isaías y su hermana.

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    Este era José, de 15 años de edad.

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    Samuel fue al primero que mataron.

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    Aquí estudiaba Isaías y su hermana.

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    Este era José, de 15 años de edad.

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    Samuel fue al primero que mataron.

Milerick Alvendas/ Jesús Simmons - DIAaDIA

Huyeron de la violencia pero, igual, los alcanzó. La noche del pasado miércoles, tres hermanitos que residían en calle Las Brisas, en la barriada 2000 de Burunga, Arraiján, miraban la televisión sin saber que la muerte tocaría a su puerta. Tres sujetos encapuchados llegaron a la humilde vivienda y, sin mediar palabra, sacaron sus armas y dispararon a diestra y siniestra contra quienes allí estaban.

En diciembre del año pasado Erodita Álvarez llegó a Arraiján con sus hijos Samuel, de 16 años; José, de 15; Isaías, de 9, y otra niña de 13 años, huyendo de los problemas que tenían con unos sujetos del mal vivir en El Valle de Urracá, San Miguelito.

“Yo solo escuchaba los fogonazos al lado mío, pensaba que estaba viviendo una película, pero no era así, era realidad, mis hijos estaban heridos mortalmente”, dijo Álvarez, mirando al cielo estrellado de Arraiján.

Ella estaba de espalda cuando entraron los asesinos, a quienes no pudo reconocer, y enseguida se inició el festival de balas.

Primero hirieron a Samuel, con varios tiros en la cabeza; luego le dieron a José, y solo quedaba Isaías, quien se le tiró encima a Samuel para cubrirlo, pero los gatilleros, que ya habían salido de la casa, regresaron e hicieron otros disparos, hiriendo mortalmente detrás de la oreja al menor de los hermanos.

Milagrosamente, a la hija de Erodita, de 13 años, no le hicieron nada porque se tiró debajo de la cama en medio del tiroteo.

Esta madre confesó que lo que más le dolió fue ver cómo su hijo de 9 años intentó cubrir a su hermano de 16 en medio del ataque, pero recibió el tiro que lo mató.

No lo pueden creer

Mabel González, maestra de Isaías, confirmó que él estaba en tercer grado en la Escuela Reina Torres de Araúz y su hermana en octavo grado. Destacó que era un niño muy inquieto y juguetón con sus compañeros.

La personera de Arraiján, Dalys Córdoba, dijo que todo se está investigando y que se maneja la teoría de que viejas rencillas entre bandas del área son la causa de los crímenes. Esta hipótesis toma fuerza, pues vecinos de Erodita manifestaron que José se había peleado con unos muchachos de calle 25, en Burunga, donde opera una banda denominada ‘Bagdad’.

Se pudo conocer que no hay detenidos, pero buscan a dos menores y un mayor de edad como presuntos responsables del hecho.

 
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