
Lucha por no perder su casa que ha construido con gran esfuerzo y sacrificio.
Lucha por no perder su casa que ha construido con gran esfuerzo y sacrificio.
Lucha por no perder su casa que ha construido con gran esfuerzo y sacrificio.
Lucha por no perder su casa que ha construido con gran esfuerzo y sacrificio.
Lucha por no perder su casa que ha construido con gran esfuerzo y sacrificio.
Lucha por no perder su casa que ha construido con gran esfuerzo y sacrificio.
Lucha por no perder su casa que ha construido con gran esfuerzo y sacrificio.
Con una sonrisa en sus labios, como para alivianar los problemas de la vida, se encuentra a Viviana Rodríguez, una baruense, quien desde hace siete años se trasladó a la comunidad de Gran David y es un ejemplo de lucha, perseverancia y de mujer emprendedora, que no se rinde ante las vicisitudes.
En su hogar hay pobreza, entre lágrimas contó que a veces no tienen qué comer, y cuando eso ocurre ella y sus hijas se ponen a llorar.
Hoy día tiene dificultades económicas a consecuencia de la enfermedad y el accidente de su hija Jesifer, situación que le impidió seguir pagando la letra de 14.19 al Banco Hipotecario. Estas se acumularon y el Banco le exige pagar. Su deuda inicial era de 886.88 y hoy sigue siendo la misma, la cifra no baja porque se pagan los intereses.
“Cómo puedo pagar si no tengo dinero ni trabajo estable, lo poco que gano es para comer, me comprometí a pagar siete dólares por semana que es lo que puedo”, confesó.
Es una mujer que lucha día a día para llevar el pan a sus cuatro hijos, 3 de ellos, menores de edad, que viven con ella.
Emprendedora, así podemos calificarla, ella es capaz de iniciar una venta de algún producto de temporada para llevar el sustento a su casa y cubrir un poco las otras necesidades básicas.
La necesidad la ha obligado a buscar sus ingresos aun con las inclemencias del tiempo; cuenta que en una ocasión salió a vender bollos al final de la tarde, cuando caía una fuerte lluvia.
Agradece a Dios
“Le agradezco a Dios todos los días por mi salud, la de mi familia y la fortaleza que él me da para superar las dificultades que se me presentan”, como es el caso de su hija Jesifer, quien padece de úlceras estomacales, lo cual la mantuvo hospitalizada por tres meses en el 2010, y el año pasado debió internarla.
Luego, una mañana esta niña se quema la mano izquierda con crema caliente y la obligó a permanecer hospitalizada hasta recuperarse por un mes y medio.
Pero, pese a todos los tropiezos, la señora “Vivi”, como la llaman sus amistades, no ha perdido la alegría ni la esperanza de un futuro mejor.