Desde hace ocho años, Guillermo Ruíz trabaja como conductor de taxi, profesión que le ha permitido conocer muchas personas, pero a la vez enfrentarse a los peligros de estar en las calles.
Aunque admite que si no hubiera sido taxista le hubiera gustado ser cantante, sueño que junto a su hijo está poniéndolo en práctica e incluso hace poco grabaron un reggae cristiano. Guillermo afirma que disfruta su trabajo.
Todas las mañanas al salir de casa se encomienda a Dios para que le vaya bien en el día, además se arma de paciencia para tratar a las personas que muchas veces están de mal humor.
"Uno trata de entender a las personas, de todo se escucha en el taxi", dijo quien entre risas afirma que a veces tiene que hacer de sicólogo y hasta aconsejar a sus pasajeros. "A veces uno quiere explotar, pero como soy cristiano siempre le pido a Dios que me ayude".
Son tres hijos los que tiene este trabajador, pero además se ocupa de tres sobrinas, por lo que debe trabajar muy duro para mantener a su familia y más ahora que están teniendo una baja en el negocio por la gran cantidad de taxis que hay y por el costo de la gasolina.
Recuerda que una vez tuvo una mala experiencia con un delincuente, sin embargo en las noches trata de no trabajar, porque es más peligroso.
Los consejos nunca están de más, por lo que Guillermo le dijo a los taxistas para que se encomienden a Dios y traten de ahorrar por si el carro se daña.
RUTAS
Guillermo trabaja por todas partes, ya sea en la ciudad o San Miguelito.