Si hay algo que me hace enojar es cuando a la salida de algún estacionamiento público me aparece un hombre de "casa del rayo" y con una sonrisa extraña me dice insistentemente "Bien cuida'o". ¿Cómo? Si ni siquiera estaba por esos lares cuando yo llegué. ¿Por qué tengo yo que pagarle a alguien por un cuidado que ni siquiera brindó y más cuando no demoré ni media hora en el lugar? A menos que tengan mil ojos para cuidar todos los carros...
Debo confesar que también me dan cierto temor, pero no es para menos, pues aunque no deben estar de saco y corbata, tampoco es que van a estar todos desaseados por ahí. ¡No señor! Para el cliente una buena imagen y más si le vas a confiar algo tan importante como el auto.
Cada vez que estreso por ellos, mi mamá me dice: "Déjalos hija, por lo menos no andan por ahí robando". Pero es hay a quienes sólo les falta sacar la pistola y decirte que le entregues todo el dinero.
Aún recuerdo cuando un fotógrafo casi se infarta cuando a la llegada a la cobertura de un concierto le dijeron que debía pagar tres dólares a la entrada y tres a la salida. Sí, es que ellos también establecen sus propias tarifas.
Saque cuenta, si cada conductor les da mínimo 0.25, ¿cuánto se ganarán sólo en medio día de trabajo? Cuida'o y a la final quedo yo también metida en el negocio...