
Marta (a la izquierda) es consolada por una de sus vecinas.
Fotos: J. SIMMONS/ R. BARRIOS
Marta (a la izquierda) es consolada por una de sus vecinas.
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Marta (a la izquierda) es consolada por una de sus vecinas.
Fotos: J. SIMMONS/ R. BARRIOS
Marta (a la izquierda) es consolada por una de sus vecinas.
Fotos: J. SIMMONS/ R. BARRIOS
Marta (a la izquierda) es consolada por una de sus vecinas.
Fotos: J. SIMMONS/ R. BARRIOS
Marta (a la izquierda) es consolada por una de sus vecinas.
Fotos: J. SIMMONS/ R. BARRIOS
Marta (a la izquierda) es consolada por una de sus vecinas.
Fotos: J. SIMMONS/ R. BARRIOS
Eran las 4:15 p.m. cuando una explosión advirtió a Marta Vega, de 42 años, que algo malo estaba ocurriendo. Sin pensarlo, salió despavorida de su cuarto, dejando atrás 22 años de arduo esfuerzo. Para ella lo más importante era la vida de su esposo e hijo.
Hoy da gracias a Dios de estar viva; sin embargo, no sabe qué será de ella y su familia, pues solo salvaron la ropa que tenían puesta. Así como ella, cientos de personas que vivían en el caserón claman al cielo para que los ayude a superar esta tragedia.
El teniente coronel del Benemérito Cuerpo de Bomberos de la República de Panamá, Carlos Rodríguez, explicó que se quemaron dos edificios que formaban la casona; cada edificio tenía 36 cuartos. Por su parte, José Domingo Arias, ministro de Vivienda y Ordenamiento Territorial (Miviot), dijo que ubicaron a los damnificados en un hotel de la localidad y a otros con familiares. Manifestó que levantarán un censo para ver el abanico de programas que ofrece el ministerio, a fin de darles la solución de una vivienda digna a los damnificados.