Dos sacerdotes ortodoxos georgianos sostienen un niño durante una ceremonia de Bautismo en el Río Aragvi, a las afueras de Tbilisi, Georgia.
Luego de la caída de la Unión Soviética y la independencia de Georgia en 1990, la Iglesia Ortodoxa rusa volvió a recuperar su esplendor, basada en su antigua tradición cristiana.
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