Chile destaca su vocación policial


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El embajador Labbé está orgulloso y agradecido con el teniente Yadier.Fotos: ROBERTO BARRIOS

  • Chile destaca su vocación policial

    El embajador Labbé está orgulloso y agradecido con el teniente Yadier.Fotos: ROBERTO BARRIOS

  • Chile destaca su vocación policial

    Yadier no se siente un héroe.

  • Chile destaca su vocación policial

    Su familia es lo más importante.

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    El embajador Labbé está orgulloso y agradecido con el teniente Yadier.Fotos: ROBERTO BARRIOS

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    Yadier no se siente un héroe.

  • Chile destaca su vocación policial

    Su familia es lo más importante.

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    El embajador Labbé está orgulloso y agradecido con el teniente Yadier.Fotos: ROBERTO BARRIOS

  • Chile destaca su vocación policial

    Yadier no se siente un héroe.

  • Chile destaca su vocación policial

    Su familia es lo más importante.

  • Chile destaca su vocación policial

    El embajador Labbé está orgulloso y agradecido con el teniente Yadier.Fotos: ROBERTO BARRIOS

  • Chile destaca su vocación policial

    Yadier no se siente un héroe.

  • Chile destaca su vocación policial

    Su familia es lo más importante.

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    El embajador Labbé está orgulloso y agradecido con el teniente Yadier.Fotos: ROBERTO BARRIOS

  • Chile destaca su vocación policial

    Yadier no se siente un héroe.

  • Chile destaca su vocación policial

    Su familia es lo más importante.

Jesús Simmons - DIAaDIA

Protegió y sirvió. Esto fue lo que hizo el pasado 18 de marzo el teniente de la Policía Nacional (PN), Yadier Velásquez, cuando frustró un asalto en Punta Paitilla.

En ese momento, Velásquez actuó como lo haría cualquier policía enfrentándose a tres delincuentes que le estaban robando a un ciudadano chileno. Al darle la voz de alto, los delincuentes le soltaron plomo parejo, hiriéndolo en el rostro.

El proyectil entró por el lado izquierdo de su cara, destrozándole la mandíbula.

A pesar de su mortal herida, sometió a dos de los delincuentes y avisó por radio que un tercero huía a pie. La herida lo mantuvo 25 días en cuidados intensivos, pero gracias a Dios y al amor de su familia se recuperó.

Ese amor lo hizo superar tener que comunicarse con su esposa con cartelones, tomar sopa en carrizo, que le hicieron perder más de 40 libras.

Su vocación policial hicieron que ayer, el Gobierno de Chile le entregara por medio de su embajador en Panamá, Alberto Labbé Galilea, la orden Bernardo O’Higgins, que se otorga a extranjeros destacados.

 
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