Parece que fue ayer cuando el mundo lloró por la muerte del azúcar de la salsa, Celia Cruz. Hoy se cumple un año de su muerte y mucha agua ha pasado bajo el puente. La pregunta es: ¿estaría Celia feliz con lo que ahora pasa? Su esposo sigue enfermo, hay polémicas por sus biografías, su familia en Cuba sigue en la miseria, y las grandes disqueras sólo quieren lucrar con su imagen. Creemos que la respuesta sería sencilla, otra vez se iría al cielo para no ver la tristeza de la tierra.
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