Un hombre, su caballo y su perro caminaban por una calle. Después de mucho caminar, el hombre se dio cuenta de que los tres habían muerto en un accidente.

La caminata era muy larga montaña arriba, el sol era fuerte y ellos estaban sudados y con mucha sed. En el camino vieron una puerta de mármol que conducía a una plaza con piso de oro, donde había una fuente de donde salía agua cristalina.

El caminante se dirigió al hombre que vigilaba la entrada: "¿Qué lugar es éste tan lindo?" - preguntó.

"Esto aquí es el cielo" -fue la respuesta.

"Qué bueno, estamos con mucha sed" - dice el hombre.

"Usted puede entrar y beber agua a su voluntad, pero aquí no se permiten animales", dijo el hombre.

El hombre no bebería dejando a sus amigos con sed, así que prosiguió su camino.

Después de mucho caminar llegaron a un sitio cuya entrada era marcada por una puerta vieja semi abierta. A la sombra de un árbol, había un hombre.

"Buen día" - dice el caminante. "Estamos con mucha sed."

"Hay una fuente en aquellas piedras" - dice el hombre, "pueden beber a su voluntad". Todos saciaron su sed.

"A propósito" -dice el caminante- "¿Cuál es el nombre de este lugar?"

"Cielo" - respondió el hombre a secas.

-"Pero el hombre a la entrada de la puerta de mármol dijo que allá era el cielo...".

"Aquello no es el cielo, aquello es el infierno... allá quedan aquellos que son capaces de abandonar a sus mejores amigos..."