
Existen programas dirigidos a contrarrestrar el flagelo del hambre.
FOTOS: JOANY DE GRACIA
Existen programas dirigidos a contrarrestrar el flagelo del hambre.
FOTOS: JOANY DE GRACIA
Existen programas dirigidos a contrarrestrar el flagelo del hambre.
FOTOS: JOANY DE GRACIA
Según la ENV 2008, el índice de peso por edad, la prevalencia de desnutrición en menores de 5 años era de 12.4%.
La anemia y las parasitosis son frecuentes en los niños.
El retardo en talla afectaba en el 2008 al 62% de los niños indígenas menores de 5 años.
En las áreas indígenas casi todos son pobres.
La secuencia fotográfica captada en una comunidad indígena muestra a una niña cuando saca a su hermanito de una chácara y le da un biberón con agua y azúcar; líquido que actúa como depresor del apetito, disminuyendo el consumo de leche materna.
Pese al esfuerzo de los gobiernos persiste la desnutrición.
Existen programas dirigidos a contrarrestrar el flagelo del hambre.
FOTOS: JOANY DE GRACIA
Según la ENV 2008, el índice de peso por edad, la prevalencia de desnutrición en menores de 5 años era de 12.4%.
La anemia y las parasitosis son frecuentes en los niños.
El retardo en talla afectaba en el 2008 al 62% de los niños indígenas menores de 5 años.
En las áreas indígenas casi todos son pobres.
La secuencia fotográfica captada en una comunidad indígena muestra a una niña cuando saca a su hermanito de una chácara y le da un biberón con agua y azúcar; líquido que actúa como depresor del apetito, disminuyendo el consumo de leche materna.
Pese al esfuerzo de los gobiernos persiste la desnutrición.
Existen programas dirigidos a contrarrestrar el flagelo del hambre.
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Según la ENV 2008, el índice de peso por edad, la prevalencia de desnutrición en menores de 5 años era de 12.4%.
La anemia y las parasitosis son frecuentes en los niños.
El retardo en talla afectaba en el 2008 al 62% de los niños indígenas menores de 5 años.
En las áreas indígenas casi todos son pobres.
La secuencia fotográfica captada en una comunidad indígena muestra a una niña cuando saca a su hermanito de una chácara y le da un biberón con agua y azúcar; líquido que actúa como depresor del apetito, disminuyendo el consumo de leche materna.
Pese al esfuerzo de los gobiernos persiste la desnutrición.
Existen programas dirigidos a contrarrestrar el flagelo del hambre.
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Según la ENV 2008, el índice de peso por edad, la prevalencia de desnutrición en menores de 5 años era de 12.4%.
La anemia y las parasitosis son frecuentes en los niños.
El retardo en talla afectaba en el 2008 al 62% de los niños indígenas menores de 5 años.
En las áreas indígenas casi todos son pobres.
La secuencia fotográfica captada en una comunidad indígena muestra a una niña cuando saca a su hermanito de una chácara y le da un biberón con agua y azúcar; líquido que actúa como depresor del apetito, disminuyendo el consumo de leche materna.
Pese al esfuerzo de los gobiernos persiste la desnutrición.
Existen programas dirigidos a contrarrestrar el flagelo del hambre.
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Según la ENV 2008, el índice de peso por edad, la prevalencia de desnutrición en menores de 5 años era de 12.4%.
La anemia y las parasitosis son frecuentes en los niños.
El retardo en talla afectaba en el 2008 al 62% de los niños indígenas menores de 5 años.
En las áreas indígenas casi todos son pobres.
La secuencia fotográfica captada en una comunidad indígena muestra a una niña cuando saca a su hermanito de una chácara y le da un biberón con agua y azúcar; líquido que actúa como depresor del apetito, disminuyendo el consumo de leche materna.
Pese al esfuerzo de los gobiernos persiste la desnutrición.
En una remota comunidad de la comarca Ngäbé Buglé fuimos testigos de una cruda escena que se repite en muchas áreas indígenas de la República de Panamá, donde el 96% de la población es pobre y más del 50% de los niños están desnutridos.
Biberón con agua y azúcar
Sobre el césped húmedo, un bebé dentro de una chácara lloraba desconsoladamente, mientras su hermanita de unos cinco años que lo cuidaba, trataba de consolarlo. Entre el gentío que los rodeaba, la niña visiblemente desencajada, buscaba con la mirada a alguien que la ayudara.
Después de varios minutos, la niña decidió sacarlo de la enorme bolsa de hilo; lo abrazó y le habló, intentando calmarlo, pero nada, el bebé que mostraba evidentes síntomas de desnutrición crónica, no paraba de llorar.
“Hambre, seguro debe tener hambre”, pensó la niña mientras extraía de la chácara un biberón con un líquido chocolate que la criatura succionó desesperadamente. Era agua con azúcar, una bebida que explica Iris Ayarza, nutricionista de la Secretaría Nacional para el Plan de Seguridad Alimentaria, acostumbran a darle a los niños en las áreas indígenas.
Inadecuada alimentación
Indica que la introducción de otros alimentos en los bebés indígenas es una práctica muy común. Se conoce casos en que les dan café, cremas, chichas azucaradas, porque piensan que la leche materna no es suficiente.
Lo peor de todo, agrega Ayarza, es que el agua utilizada para la preparación de estos alimentos en la mayoría de los casos no es potable lo que representa la principal causa de enfermedades gastrointestinales y muerte en menores de 5 años en la comarca gnäbe, ya que ingresan a su cuerpo parásitos y agentes infecciosos que provocan diarreas y vómitos en estos menores y al no ser tratado esta condición es mortal.
Efectos en la salud
Para la nutricionista Victoria Valdés, directora del Departamento de Dietética y Nutrición Aplicada, de la Facultad de Medicina, de la Universidad de Panamá, darle agua con azúcar al bebé, además de representar un riesgo de infección por las pobres condiciones de higiene, actúa como depresores del apetito disminuyendo el consumo de leche materna.
Sostiene Valdés que darle otros alimentos al bebé pensando que tiene sed es una creencia errada porque está demostrado que la leche materna proporciona todos los nutrientes y líquido que el infante necesita hasta los 6 meses de edad.
Desnutrición en las comarcas
Según la Encuesta de Niveles de vida del 2008, el índice de peso para edad la prevalencia de desnutrición en menores de 5 años era de 12.4%. Al compararla con la de las ENV de 1997 que era de 18.8% se ve una disminución en la desnutrición.
El retardo en talla considerada en parte como efecto de una desnutrición crónica, afectaba en el 2008 al 62% de los niños indígenas menores de 5 años.
Según la ENV-2008, prácticamente toda la población indígena (96%) se encuentran en condición de pobreza.
Factores
Las altas cifras de pobreza y desnutrición persisten según Valdés debido a la dispersión de la población, particularmente entre los indígenas Ngäbe y Emberá, lo que dificulta el acceso a los servicios básicos.
Otro factor es que la seguridad alimentaria se ve afectada por una baja producción de alimentos e ingresos insuficientes para comprar los alimentos que necesitan.
Indica que el nutricereal que distribuye el MINSA, consumido de la forma recomendada contribuiría significativamente a mejorar la alimentación de los niños, pero en muchos casos esta crema es consumida además del niño por otros miembros de la familia.