Tiger Woods pasó ayer de cazador a presa de sus rivales al término de la tercera jornada del Open británico de golf, donde el estadounidense tuvo problemas para firmar 71 golpes, si bien, conservó su liderazgo a tan sólo dos golpes del español José María Olazábal.
El número uno mundial tuvo una jornada difícil y firmó una tarjeta de 71 golpes (-1) tras completarse la tercera vuelta en el campo de Saint Andrews, en Escocia, de forma que totaliza 204 (-12) para el campeonato y lidera el tercer Major del año por dos impactos de ventaja sobre Olazábal.
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