Una promesa de corazón
Anayansi Acuña le agradece a su hijo, Ricardo Molina, por el gesto de amor.

Elisinio González G. | DIAaDIA

Sus ojos se levantaron hacia el cielo en busca de fuerzas para poder calmar ese deseo que palpitaba dentro de su corazón. Aunque Ricardo "Tito" Molina ha estado acostumbrado a hacerle frente a toda clase de retos, ninguno era como el de mirar fijamente los ojos de su madre y entregarle en sus manos lo que un día le prometió.

"¿Nervioso?", le preguntamos al escuchar el traquido de sus dedos.

"De verdad que sí. Para mí es un momento muy especial, porque al fin cumpliré con mi promesa de entregarle este cinturón a mi mamá, que con tanto sacrificio y sufrimiento logré", dijo Molina, mientras pasaba su mirada de un lado a otro dentro del Centro Femenino de Rehabilitación.

En un instante, el silencio se apoderó del ambiente y la palabra sufrimiento comenzó a rebotar en nuestra mente. Sin vacilar, volvimos a interrogar: "¿Sufrimiento?".

Molina nuevamente levantó los ojos al cielo... suspiró... e inició el relato de aquellos momentos tristes de su vida.

Recuerdos llenos de dolor

"Todavía me acuerdo como si fuera ayer. Sólo faltaban tres días para que cumpliera 14 años cuando me enteré que mi madre estaba presa. Hoy, ella cumple una condena de 15 años de prisión", acotó Molina.

"Al año siguiente, mi padre, que también se llamaba como yo, murió de una enfermedad de tanto fumar", agregó.

El joven boxeador nuevamente hizo una pausa, mientras sus ojos recorrían por segunda vez las instalaciones.

"Ya tú sabes lo que me pasó cuando tenía 19 años: caí preso por robo y me pasé 11 meses en la cárcel La Joya. Recuerdo que todos los días le pedía a Dios por una segunda oportunidad. Gracias a Él hoy estoy aquí, dedicándome a tiempo completo a Dios y al boxeo", comentó.

LAGRIMAS DE AMOR

De repente... algo puso punto final a los pasajes tristes de Molina. Su semblante cambió y sus ojos se llenaron de lágrimas, y no era para menos... el ser que le dio la vida caminaba lentamente hacia él.

"¡Te amo mamá!". Fue lo primero que expresó Molina, mientras las lágrimas, los abrazos y los besos captaban las miradas de las internas.

"Aquí tienes en tus manos lo que te prometí. Ahora quiero hacerte una promesa de corazón: te juro mamá que no descansaré hasta convertirme en campeón del mundo. Yo sé que llegará ese día, Dios lo va a querer así", enfatizó con voz quebrantada Molina.

Las lágrimas comenzaron a recorrer el rostro de Anayansi Acuña, madre de "Tito", mientras suspiraba para darle gracias a Dios.

"Estoy muy orgullosa de ti. Ahora aprovecho la oportunidad para pedirte perdón por no estar en los momentos más valiosos de tu vida", declaro Acuña, mientras le daba un beso en la frente a su querido hijo.

PETICION ESPECIAL

"Ya he cumplido 8 años en la prisión. Ante los ojos de Dios soy inocente, por eso le pido de todo corazón al Gobierno que me perdone los siete años que me faltan, para así estar con mi hijo", dijo Acuña.

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