Hola Moza, hoy me siento de pocos ánimos y por eso he decidido escribir a tu columna para que me des un consejo. Lo que a mí me pasa, tal vez le sucede a muchas personas; pero quizá yo soy de esos seres que se sienten más susceptibles a los comentarios de los demás y les afecte todo, a tal punto que se sientan menos. Te cuento que tengo un trabajo que me gusta muchísimo, pero no he podido lograr aprender a usar el Internet como lo han hecho mis otros compañeros. Mi jefa es muy accesible, pero hace unos días como que no aguantó y me envió un memo. Me siento tan mal que ya no quiero trabajar en ese lugar, aunque deseo decirte que he luchado mucho para llegar donde estoy; pero me cuesta seguir allí, creo que todos me ven como una tonta. Quisiera que me des una ayudita, porque si no, en la próxima quincena creo que renunciaré. Chao, Milagros.

ES UNA MALA DECISION

Hola Milagros, tu historia me parece similar a la de una chica que hace años trabajó conmigo. Me pides un consejo y quiero que prestes mucha atención a lo que te voy a decir. Me parece que si tu jefa te envió ese memo, tú no debes renunciar, pues en la vida nadie nació sabiendo; todo lleva un proceso, así como aprender a caminar, bailar, comer, en fin.

Creo que tu jefa lo único que está tratando es de presionarte para que des lo mejor de ti y así logres aprender cómo se desempeña tu trabajo en todo su ámbito. A veces los regaños son necesarios, porque de los errores se aprende, nunca lo olvides.

De tus compañeros de trabajo, sólo puedo decirte que no debes preocuparte por ellos, estoy segura de que cuando llegaron allí tampoco sabían nada.

No te rindas; si ese trabajo es lo que soñaste, lucha por ese puesto y verás que al final te sentirás complacida con tu actitud.

Espero que no olvides esto: si te alejas de ese trabajo y renuncias, siempre que te pase algo similar harás lo mismo y entonces te tocará perder siempre.

No creo que quieras ser una perdedora todo el tiempo, al contrario, deseas triunfar. Por favor, sigue luchando. ¡Suerte!