Inaudito. El panameño Rafael Quintero, de 52 años, murió ayer mientras reparaba un lavamanos en el primer alto del inmueble T-133, ubicado en Calle 13 Santa Ana.
Según los vecinos de este viejo caserón, cuando Quintero hacía esta reparación se desplomó la losa y fue a caer en la planta baja del mismo. Sobre él cayó parte de la losa, que se presume le ocasionó la muerte al instante.
En este incidente también hubo otra persona herida, la cual fue socorrida por unidades del Cuerpo de Bomberos de Panamá y llevada al Hospital Santo Tomás, donde se le dictaminó varias costillas fracturadas.
Un grupo de amigos del hoy difunto manifestó que Quintero tenía, aproximadamente, treinta años de residir en esta vieja infraestructura.
Sustentaron, con recibo en mano, que pagaban por el supuesto mantenimiento del edificio cuarenta dólares mensuales; sin embargo, las condiciones del mismo son pésimas.
También informaron que Quintero trabajó durante muchos años como seguridad de unos judíos, pero por su edad estaba cesante. Empero, a cambio de la cuota de alquiler, hacía algunas de las reparaciones del caserón T-133 que estuvieran a su alcance.
Todavía siguen residiendo en este edificio unas 18 familias, entre ellas un grupo de "rockeritos", que a juicio de sus vecinos, terminará con echar el inmueble abajo, debido a la música estridente que de allí emana.
En la parte baja de este edificio, todavía funciona una peluquería y una sastrería como si nada hubiera pasado.
¿Y ENTONCES?
Se espera que las autoridades se pronuncien sobre el futuro de esta antigua infraestructura.
SUS AMIGOS: G. DE MENDOZA
"Sentí el estruendo y corrí a ver qué pasaba. No lo podía creer, nuestro amigo murió de esa forma. El difunto se encargaba de reparar los daños del inmueble".
ADAN RODRIGUEZ
"Fue un amigo sincero y buena gente. Allí vivió sus últimos días y, bueno, le recordaremos siempre. También trabajamos muchos años juntos".
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