SOBRE LA LINEA
¿Qué pasó al final?

Elisinio González ([email protected]) | DIAaDIA

¿De qué valió apuntarse un triunfo histórico ante Cuba? ¿De qué valió ganarle a Venezuela y gritar que estábamos invictos en dos salidas, por encima de Cuba en los XV Juegos Panamericanos?

En verdad, yo hubiese preferido que las victorias nunca hubieran llegado si al final se iba a perder la clasificación en el último choque contra México, y en la forma como se perdió.

Antes del tercer partido, las estadísticas registraban que Panamá tenía 8 carreras a favor y 5 en contra. Mientras que México tenía 3 a favor y 10 en contra.

Esto indicaba que Panamá sólo podía quedar fuera del baile de la ronda semifinal si perdía por un marcador de 5 carreras por 0.

Aquello era como pedir un milagro, teniendo en cuenta la buena actuación en los dos primeros partidos de la tropa panameña.

Sin embargo, el milagro se dio. México atacó sin piedad y al final fabricó nueve anotaciones y no recibió ninguna.

No critico al director de Panamá, Alfonso Urquiola, por traer como abridor a Rolando Herrera en este tercer partido. Considero que este tirador demostró su casta ante Cuba, al no aceptar hit en 2.2 entradas.

Con un día de descanso, era razón suficiente para volver a utilizar al popular "Pepito".

A lo que sí le estoy buscando una explicación es al motivo por el que Urquiola no utilizó más lanzadores para detener el ataque de México.

Es criticable que sólo Miguel Gómez y Lenín Picota entraron como relevo ante México, si estaban a disposición tiradores como Ramón Ramírez (2.1 entradas), Gilberto Méndez (2.0 entradas), Ricardo Montilla (2.0 entradas) y Camilo González (0.0 entradas).

Duele quedar fuera del baile cuando no se utilizan todas las armas, en una batalla que era de vida o muerte.

Ciudad de Panamá 
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