Ganarle a Cuba en el béisbol de los XV Juegos Panamericanos en Río de Janeiro, Brasil, no fue otra cosa que un batazo grande al otro lado de la paredilla, pero en territorio de "foul". Fue una victoria esperada, que ilusiona, pero ganarle a Cuba no es sinónimo de medallas en el más prestigioso evento beisbolero del continente americano.
LA TRISTE REALIDAD
Ganamos a los cubanos y en la mente solo quedaba espacio para un disco panamericano, sin importar el color o elemento metalúrgico. Ahora, a pesar de terminar 2-1, con una excelente marca en la serie regular, quedamos fuera, sin ilusiones y con la esperanza abrigadora de que jugamos como nunca, pero perdimos como siempre.
México va a la serie semifinal con un gran esfuerzo y voluntad. Venezuela sigue su ruta a Caracas, con las manos vacías. Cuba se inyecta una dosis de valentía y toma dos cucharadas de coraje, para ir por el oro. Panamá llora tristemente y se olvida de las medallas, aquel espejismo que vimos y sentimos, pero no tocamos.
MEDALLA DE TRISTEZA
Tras la noticia ayer de la victoria mexicana 3-2 ante Venezuela, la tristeza se colgó del pecho de los atletas, especialmente del béisbol.
"Estamos tristes, el sistema de juego no ha hecho una injusticia, pero así es el béisbol... te da derrotas, pero te dará algún día la manera de cobrártela", dijo Adolfo Rivera, jardinero central de la selección panameña, instalado ahora en la Villa Panamericana.
Los criollos regresan el próximo 24 de julio y descansan, para luego asumir entrenamientos de cara al Mundial en noviembre, programado para realizarse en China.
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