Donatila Espinosa de Cumbrera tiene 62 años de edad y 24 años de pagar mandas descalza y vestida de marrón, a la Virgen del Carmen.

Según el padre Rosendo Torres Durán, este color de la Virgen del Carmen se debe a unos ermitaños que vivían en el Monte Carmelo, muy cerca de donde vivió la virgen María.

Donatila explicó que cuando su hijo tenía un año de edad, se ahogó con kerosene, por lo que al llevarlo al hospital, el médico le dijo que no podía darle respuesta si viviría o no.

De inmediato, la señora Donatila se acordó de la Virgen del Carmen, y se dirigió al Santuario del Carmen en Pocrí, donde se arrodilló y pidió por la salud de su hijo, lo que aún recuerda llorando.

"Gracias a Dios y a la virgen milagrosa, aquí lo tengo con 34 años de edad", señaló Donatila.

Ahora, ella camina descalza desde El Playón en Pocrí junto a su hijo.

En la tarde también tienen que andan descalzos toda la procesión hasta llegar a la puerta de la iglesia.

Una vez concluye la eucaristía, en la parte de atrás del templo, se les da comida a más de 300 personas que vienen de lugares distantes.

Algunas permanecen en Pocrí hasta cuando termina la procesión, pues no cuentan con dinero para el almuerzo del día siguiente.