
Jorge es muy atento y amable con sus clientes.
Fotos: JESUS SIMMONS
Jorge es muy atento y amable con sus clientes.
Fotos: JESUS SIMMONS
Jorge es muy atento y amable con sus clientes.
Fotos: JESUS SIMMONS
Trabaja más de ocho horas diarias.
El arroz con leche se ve apetitoso en su envase.
Sus productos son muy gustados.
Jorge es muy atento y amable con sus clientes.
Fotos: JESUS SIMMONS
Trabaja más de ocho horas diarias.
El arroz con leche se ve apetitoso en su envase.
Sus productos son muy gustados.
Jorge es muy atento y amable con sus clientes.
Fotos: JESUS SIMMONS
Trabaja más de ocho horas diarias.
El arroz con leche se ve apetitoso en su envase.
Sus productos son muy gustados.
Jorge es muy atento y amable con sus clientes.
Fotos: JESUS SIMMONS
Trabaja más de ocho horas diarias.
El arroz con leche se ve apetitoso en su envase.
Sus productos son muy gustados.
Jorge es muy atento y amable con sus clientes.
Fotos: JESUS SIMMONS
Trabaja más de ocho horas diarias.
El arroz con leche se ve apetitoso en su envase.
Sus productos son muy gustados.
Al tomar esta decisión, su vida dio un giro de 180 grados, pues en su país, como miembro del Ejército colombiano ganaba aproximadamente $150 mensuales. Además, no tiene que estar exponiendo su vida, porque antes se la pasaba en la selva enfrentando a guerrilleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Ahora vende arroz con leche en la entrada del Súper 99 de San Miguelito. Allí, con palabras cariñosas y un trato personalizado, se gana a sus clientes.
Este talentoso joven es fiel creyente de que si las personas se esfuerzan, el Señor los recompensará y nunca les faltará nada en sus vidas.
Por el momento trabaja con su hermano, pero su sueño es poder ahorrar todo el dinero que pueda para tener en un futuro, no muy lejano, su propio negocio.
Entre sus proyectos están poner un negocio de comida típica de su país como: papa rellena, arepas, entre otras delicias colombianas.
Otra de sus metas a corto plazo es poder sacar su licencia para mandarle a hacer un cajón a la moto que se compró con mucho esfuerzo. Con la moto se dedicaría a recorrer las calles de la ciudad de Panamá llevando su delicioso arroz con leche.
Él no desmaya, pues sabe que todas esas metas se le cumplirán. Para ello es consciente de que solo debe trabajar como siempre lo ha hecho.
Eso sí, a pesar de que le está yendo bien, extraña a su familia.