Vestidos en uniformes escarlatas y con banderas, los encargados de realizar el Censo Anual de Cisnes se lanzaron a las aguas en su paso por el río Támesis, con una flotilla de botes a remo, para contar el número de cisnes de este año, que se teme que haya disminuido. La tradición de censar los cisnes se remonta al siglo XII, cuando los pájaros comenzaron a verse como una fuente importante de alimentos para banquetes y fiestas.
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