Uno de los calzados por excelencia de nuestros campesinos son las cutarras, que por años han sido fiel compañeras de aquellos hombres que trabajan el monte y la agricultura.
Estos calzados, además de ser una pieza importante en nuestro traje típico masculino, mantienen el pie fresco y sin mal olor.
Definitivamente que las cutarras han sido, además de calzados, una herramienta de trabajo para lo que básicamente son confeccionadas.
La característica básica de la cutarra de trabajo es el hico, que se ubica entre el dedo más grande del pie y el siguiente, cuya función es la de mantener estable el pie dentro de la suela, especialmente cuando el terreno es inclinado, muy húmedo o lodoso.
A diferencia de las cutarras de trabajo, las tejidas, muy usadas en las mujeres, se diferencian por no llevar el hico. Además, este tipo de cutarras conlleva a abrir de diez a doce ojales, mientras que las de trabajo constan de ocho a diez.
La forma de una cutarra tejida va a depender de la creatividad del artesano, sin que sea menos importante la forma de los pies de la persona a quien se le esté tejiendo.
¿DONDE ENCONTRARLAS?
Puede encontrarlas en la capital en el Mercado de Buhonería y Salsipuedes. También allí venden las plantillas, un pedazo de cuero de ganado en forma cuadrada que traen las correas o tiras de cuero para tejerlas y que pueden ser amarillas o de cuero colorado.
El cuero amarillo proviene del caballo y, mayormente, se usa porque le da más vistosidad y comodidad al calzado, pero la correa que regularmente utiliza el campesino es la de ganado, o sea, la colorada o color amarillo. De acuerdo con los conocedores del tema, una buena suela debe tener un buen grosor y estar pareja, ya que ayuda a la durabilidad.
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