Pesca mortal. Los pescadores Alberto García, de 28 años, y Luis Antonio Ábrego, de 29, nunca olvidarán aquella noche del pasado sábado, cuando fueron asaltados por una banda de piratas en la desembocadura del río Bayano, Chepo.

Ellos regresaban de pescar junto a su compañero Rodolfo Smith Hurtado, de 31 años, quien desapareció en las aguas del río, cuando se lanzó al agua para escapar de sus asaltantes.

Los bandidos los amordazaron y los metieron en la caja donde se colocan los trasmallos, solicitándoles que se quedaran quietos, de lo contrario los matarían.

Una vez sometieron a los tres pescadores, procedieron a robarle toda la pesca, la gasolina y el motor del bote. Al escuchar que la lancha se alejaba, el trío de hombres salió de donde los habían metido, pero al ver que los piratas regresaban, se lanzaron al río.

En ese momento fue que Alberto y Luis vieron por última vez con vida a Roberto al que sólo escucharon exclamar: "¡Ay mis hijos!", y desapareció en las aguas del río, ese que durante 20 años fue su amigo en la pesca.

LO ENCONTRARON

Ayer, los dos pescadores regresaron al lugar para observar cómo los buzos del Sistema Nacional de Protección Civil (SINAPROC) y de la Autoridad de Recursos Acuáticos de Panamá (ARAP) del área este rescataban el cuerpo sin vida de su compañero y amigo.

Rodolfo residía en una casa muy humilde en La Primavera de Chepo, estaba casado y dejó en la orfandad a tres niños. Los familiares del pescador dijeron que la Policía no hizo nada por buscarlo, además, denunciaron la falta de seguridad y los peligros a los que se exponen los pescadores cuando se hacen a la mar.

PESCADOR

Rodolfo dejó la escuela para dedicarse a la pesca. Hacía 20 años que se ganaba la vida pescando, con eso sustentaba a su familia.